Qué es mejor, un profesor particular o una academia de formación?
A menudo, nos encontramos ante la disyuntiva de contratar un profesor particular o los servicios de una academia. La diferencia es clara, un profesor particular es mucho más económico que una academia de clases particulares.
¿Cuál es la diferencia entre lo que cobra un profesor particular y un centro?
El precio de un profesor particular oscila entre los 9 y 10€ por hora, cuando se trata de principiantes, entiéndase, estudiantes no titulados, y hablamos de unos 14 o 30€ por hora, cuando hablamos de profesionales.
Las empresas de formación, en cambio, tienen un precio mínimo de 15.50€ la hora, y un precio máximo de 35 – 40€ la hora. Varía según el tipo de formación requerida, el grado de complejidad de la misma así como la materia.
Sin embargo, contratar un profesional no garantiza que el objetivo de formación del estudiante se cumpla. Sobre este y otros temas de interés hablaremos en este post.
¿Quiénes son los profesores particulares, a qué se dedicaban antes de ser profesores?
Actualmente podemos encontrar un gran número de profesores particulares que ofrecen sus servicios a través de Internet. Pero, ¿quiénes son estos profesores particulares, ¿qué titulación tienen, cuál es su experiencia real, su grado de compromiso con los estudiantes, y sobre todo, qué impacto tienen en los resultados del estudiante?
Generalmente los profesores particulares que se ofrecen para impartir formación responden a los siguientes perfiles.
- Alumno de bachillerato aventajado o que está estudiando la carrera y necesita dinero.
- Profesional en paro que ha decidido probar suerte en el ámbito educativo.
- Extranjeros que están de pasada en la ciudad y necesitan dinero, o extranjeros asentados en el país que han encontrado en las clases particulares una vía para obtener ingresos.
¿Por qué contratar un centro de formación es sinónimo de seguridad y calidad?
En primer lugar, los precios que maneja nuestra empresa actualmente son similares a los de los profesores particulares.
Segundo, los profesores que trabajan con nuestra empresa tienen la formación, la motivación y la experiencia adecuada para garantizar el éxito de la formación.
Tercero, en nuestra empresa contamos con psicólogos y psicopedagogos que se encargan de garantizar la calidad de la formación y de atender las individualidades de nuestros estudiantes.
Cuarto, nuestra empresa tiene un método de enseñanza profesional propio, probado en más de 3000 alumnos con buenos resultados, durante más de ocho años en la Comunidad de Madrid; dentro de nuestros clientes se encuentran colegios públicos como: IES Severo Ochoa y Virgen de la Paz, de Alcobendas.
Quinto, nuestro centro posee un sistema de control de la calidad de la enseñanza muy efectivo, que se traduce en resultados.
Inconvenientes de contratar un profesor
A continuación enumeramos los inconvenientes de contratar un profesor particular a partir de los casos descritos con anterioridad.
Caso 1 El estudiante universitario profesor
Suelen tener un rendimiento académico bueno. La mayoría de las veces son organizados. Dominan la técnica de estudio y puntualmente han ayudado a sus compañeros de clase cuando han tenido dificultad para entender una asignatura.
Si bien, no es menos cierto que algunos de estos alumnos – profesores sienten verdadero cariño por su trabajo como profesores, la formación que imparten está muy lejos de ser la adecuada para el alumno.
Analicemos esta afirmación en detalle. Qué se necesita para impartir una clase de calidad.
- Madures psicológica (responsable y comprometido).
- Formación.
- Motivación.
- Metodología.
- Pedagogía.
Un estudiante de segundo de carrera puede impartir clases a un alumno de 3 o de 4 de la ESO. Sin embargo, la pregunta que debemos hacernos es, ¿tiene suficiente madures como para entender la problemática de un alumno de la ESO? ¿Está lo suficientemente preparado como para entender donde se encuentra la dificultad del alumno y cómo corregirla?
Impartir una clase no significa solamente explicar de una manera más o menos clara un contenido. El concepto de formación, cuando esta es profesional, implica conocer profundamente los métodos educativos, las técnicas motivacionales más efectivas que nos permitan aprovechar al máximo las capacidades del alumno, conocer dónde está el problema y cómo solucionarlo en el menor plazo de tiempo y con los mejores resultados para el estudiante.
Por último, en pocas ocasiones un alumno-profesor tiene la experiencia necesaria para enfrentarse con éxito a una clase y a la problemática que se da en el ámbito de la misma. Esta opción no es la más recomendable.
Caso 2 El profesional en paro que ha decidido probar suerte
El principal problema suele ser la falta de motivación, la ausencia de experiencia y de conocimientos metodológicos y pedagógicos para explicar adecuadamente. Un profesional preparado y con conocimientos sólidos sigue sin cumplir la función de un docente profesional.
Supongamos que este profesional, cuyo precio oscila entre los 15€ por hora y los 30€, cumpla con la mayoría de los requisitos expuestos con anterioridad. O sea, tiene suficiente madures psicológica, su formación profesional es buena, tiene también algo de pedagogía (usualmente la que aprendemos de nuestros profesores de manera inconsciente), y además posee experiencia porque ha estado durante los cinco años de la carrera impartiendo clases particulares.
¿En este caso hemos elegido bien? La respuesta es, puede que sí o puede que no. En el supuesto de que este profesional tenga una buena técnica de enseñanza, ¿quién garantiza la calidad de la formación que está impartiendo?
No me estoy refiriendo a que sea capaz de explicar una lección de un modo ameno y que el alumno pueda reproducirla posteriormente.
Enseñar es un concepto más amplio. Un docente necesita;
-que el alumno sea capaz de articular los conocimientos de forma lógica y relacionada, de modo que el estudiante vea el contenido como un todo y pueda relacionarlo y manejarlo convenientemente.
La enseñanza reproductiva no garantiza un aprendizaje efectivo ni duradero.
Además, es preciso:
-Identificar las fortalezas y debilidades de los estudiantes.
-Explotar sus potencialidades.
-Conocer su dominio de la técnica de estudio.
-Manejar conceptos como Inteligencia Emocional y su relación con la motivación y aplicarlo al caso en concreto, etc.
Y lo más importante, ¿quién supervisa el trabajo que está realizando el profesor? La supervisión externa del trabajo realizado es el único elemento que nos garantiza que el trabajo llevado a cabo por un profesional se está realizando de manera efectiva y conveniente.
Caso 3 El extranjero profesor de idiomas
A menudo, consideramos que el hecho de ser nativo de una lengua nos capacita para enseñarla a otros. Nada más lejos de la realidad. Piense, por un instante, ¿cómo enseñaría usted su lengua materna a otra persona? ¿Por dónde empezaría? ¿Tiene experiencia en la enseñanza? ¿Recuerda todos los tiempos verbales, los últimos cambios introducidos por la Academia de la Lengua Española, las particularidades de cada conjugación, etc?
Es posible que en un principio le haya parecido una tarea fácil enseñar su lengua materna, pero después de leer las preguntas lo más probable es que haya cambiado de opinión, y esto es sólo el principio. Podría preguntar mucho más hasta dejarlo exhausto. Enseñar una lengua requiere una sólida formación por eso en las universidades se enseña durante 4 largos años, y aún así, después de la universidad, es necesario seguir aprendiendo.
¿Qué elegir, un profesor Nativo o contratar un Centro?
Uno de los peores errores es contratar un nativo del idioma inglés para aprenderlo. El error no está en contratar el nativo en sí, sino en contratar un nativo sin la suficiente preparación, sin el interés y la motivación necesarios.
Muchos de estos profesores tienen, según ellos, un método propio. Cuando analizamos en detalle este método se basa en tener una pronunciación perfecta. Hacen hincapié en el alumno repita una y otra vez los vocablos hasta el aburrimiento. Cuidado, mucho cuidado
¿La pronunciación en inglés tiene que ser perfecta?
Para nada. ¿Los nativos de la ciudad de Sevilla pronuncian igual que los Madrileños o los Murcianos? Esa es la primera pregunta que debería hacerse. Lo segundo que debe preguntarse es, si los entiende.
Como es lógico, entendemos a todos los hablantes de Lengua Castellana, inclusive cuando son de Latinoamérica. En Inglés sucede lo mismo, además, aunque la pronunciación es importante, debe prestar atención a esta sólo en sentido técnico.
O sea, debemos pronunciar todas las vocales y colocar la fuerza de pronunciación en la sílaba correcta para que nos entiendan. Lo demás, es a elección del profesor (o del alumno). Cuando se aprende una lengua, no queremos o no interesa pronunciar como un inglés o como un norteamericano, hay muchos acentos, tantos como países de habla inglesa.
Interesa que nos entienda tanto un inglés como un norteamericano. Interesa que la frase sea correcta y que se pronuncie de manera correcta (desde el punto de vista técnico). Es decir, el idioma se aprende porque lo utilizamos para comunicar y esto prima por encima de lo demás: la comunicación.
La ventaja de contratar una empresa de formación
La principal ventaja que tiene nuestro centro es el interés que mostramos por cada uno de nuestros estudiantes y el tiempo que dedicamos a que su aprendizaje sea una experiencia efectiva y sostenible. O en otras palabras, que consiga su objetivo de la manera más rápida y efectiva posible.
Encontrar un centro con un método propio, probado durante más de 8 años y que sea efectivo no es fácil. Garantizar efectividad es complejo y extremadamente difícil pero es lo que hacemos nosotros. Te contamos como lo conseguimos.
Factores de éxito que nadie va a proporcionarte
- Método personalizado.
- Estrategia de enseñanza-aprendizaje novedosa.
- Profesores experimentados y con experiencia.
- Sistema de control de calidad efectivo.
- Equipo de docentes especializados en varias áreas listos para ayudarte a mejorar tu experiencia formativa.
Los precios de la academia
No difieren de los precios que cobra un profesor particular nativo o bilingüe.
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